El clásico barrial tomó color verdolaga. El equipo de Meirama ganó 11 a 3.
A uno, le salieron todas. Al otro, ninguna. Así podría resumirse lo que pasó entre dos adversarios a priori muy parejos, como son Ferro y Caballito Jrs. No obstante, en la noche del domingo la diferencia se incrementó a tal punto, que generó una goleada impensada hasta para los propios hinchas locales.
Al cabo del primer tiempo, las cosas ya estaban 5 a 0. Una soberbia tarea de Pablo Cigliano, cuyos remates cruzados fueron una verdadera pesadilla para Romero, se convirtió en un factor clave, tanto es así que el mayor de los hermanos señaló tres de esos cinco goles (Martínez Dios y Lombardi hicieron los otros dos).
Al minuto del ST todo se le complicó aún más a Caballito, ya que por juego brusco fue expulsado Diego Calderón y de inmediato, otra vez Pablo Cigliano marcó el 6-0. El chico Romero –que no tuvo una noche feliz- fue reemplazado en el arco por el Hueso Serra, pero el cambio tampoco le dio a los de De Nicola el resultado esperado: Pablo Cigliano volvió a aparecer y puso el 7 a 0. Caballito, totalmente jugado en ataque, enseguida descontó a través de Aostri. Pero su suerte ya estaba echada.
Pocos segundos más tarde, la situación del inicio se repitió de manera casi calcada: Paolo Cuzzolino recibió la tarjeta roja por golpear en el rostro a Alejandro Cigliano y Lombardi aprovechó la superioridad numérica para marcar un nuevo tanto: el lapidario 8 a 1.
El resto del partido fue una anécdota con dos características salientes: el amor propio del visitante y la inteligencia de Ferro para aprovechar su desesperación. Así, llegaron cinco goles más: Alejandro Cigliano, Martínez Dios y Castro para los verdolagas; y Brundo y Norberto Calderón para Caballito. Sobre el final, Pablo Cigliano tuvo otra chance de aumentar mediante una sexta falta, pero su remate salió muy desviado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario