El equipo de Villa Urquiza se impuso 8 a 4 y, afortunadamente, la paz reinó en Devoto.
El puntero sumó un triunfo más a su serie ganadora. En esta ocasión, superó a Lamadrid, un rival a priori muy difícil, que lo complicó en una buena parte del partido, pero que finalmente no consisguió detenerlo. Y así, los visitantes obtuvieron una justiciera victoria, construida en función de un impecable aprovechamiento de virtudes propias y equivocaciones del adversario. Una fórmula que se mantiene inalterable, a pesar de que los apellidos más rutilantes le dejaron su lugar a otros que, a paso firme, están logrando que las ausencias se extrañen lo menos posible.
El primer tiempo fue equilibrado y de gol a gol. Abrió la cuenta Manuel Fernández a los 4’; a los 7’ empató el Tuta Torres y a los 9’ Quevedo, con un fulminante disparo al ángulo (por segunda fecha consecutiva el arquero consiguió anotar) estableció el 2-1. A los 13’ otra vez Torres (un juvenil que está haciendo sus primeras armas y ya da que hablar) empató para Lamadrid, y cuando se iba la etapa inicial un golazo de Manuel Fernández –faltando 17 segundos la tocó con clase por encima de Tabares- significó un psicológico 3-2 para Pinocho.
Todavía más psicológico fue el 4-2, ya que lo convirtió Fafasuli apenas a los 15 segundos del complemento. No obstante, un minuto después Leo Giménez descontó, dando a entender que el local no estaba muerto. En efecto, con ambos equipos repartiéndose el control del balón y las situaciones de riesgo, el resultado siguió siendo incierto hasta muy avanzada la segunda etapa.
A los 10’ Benes señaló el 5-3 pero a los 11’, Torres volvió a acortar las distancias. Aunque enseguida, el trámite sufriría un quiebre fundamental: a los 12’ Germán Corazza, de muy buena actuación, aprovechó una incorrecta salida de Tabares y facturó: 6-4. Lamadrid ya no pudo recomponerse y su desesperación lo condujo a seguir cometiendo errores que Pinocho, como es su costumbre, no perdonó. De esa manera, llegaron dos tantos más para liquidar el partido: a los 15’ Adrián Rescia y a los 18’ el Pato Benes –otro que tuvo una tarea excelente- terminaron de darle forma a un contundente 8 a 4.
Lamadrid planteó el partido para ganarlo y, por momentos, estuvo en el buen camino. Pero se topó con un rival indiscutiblemente superior, al cual la renovación –está a la vista- no le impide mantener su impresionante eficacia.
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