Un martes por la noche presidió la habitual reunión de la Comisión de Futsal. El miércoles a la madrugada, se fue para siempre. Su vozarrón ya no se escuchará en cada rincón del quinto piso de AFA. Tampoco el humo de sus cigarrillos negros –esos que quizás hayan acelerado su partida- penetrará en cada recoveco de su oficina. Lopolito ya no está. Y se nota. Para los periodistas que cubrimos la actividad, hacerle reportajes era un placer. No se callaba nada. No andaba con rodeos a la hora de declarar, aún sabiendo que con sus dichos podía ofender, inclusive, a la propia prensa a la que recibía. “Si hay algo podrido es el periodismo”, manifestó en una de los últimas notas que le hicimos para La Voz del Futsal. “En realidad no está podrido, pero es un negocio como cualquiera. El periodismo va detrás de la ambulancia. No conozco que el periodismo haya impuesto algún deporte”, completaba. Pero uno no podía enojarse con él, porque a pesar de ciertas discrepancias, era preferible valorar su honestidad, antes que disgustarse por esa forma de ser tan frontal que lo caracterizaba.Ahora, ya no está. Y sin dudas que reemplazar su laboriosa tarea como conductor de la disciplina no será sencillo. “Si fuera más joven daría un paso al costado –había confesado en aquel mismo reportaje-. Pero hoy sé que si dejo esto, me muero. Ya no puedo volver a empezar. De todas formas, a veces tengo ganas de mandar todo a la m...”, remataba, con inigualable sinceridad. Es extraño recordar aquellas palabras, mientras uno contempla su sillón vacío. Pero José se marchó. Queda el consuelo de que su desaparición es solamente desde el aspecto físico. Su espíritu, en cambio, sigue presente en cada cancha en la que se respira futsal.
Publicado por La Voz del Futsal en Octubre de 2006.
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