julio 17, 2016

TE ACORDÁS, HERMANO...

 En septiembre de 2008 hacíamos esta nota. Gastón Bueno jugaba en Boca y sue hermano Diego en Caballito. Cada uno contaba sus particulares sensaciones en momentos dispares de su carrera.
Gastón (en el medio) y Diego Bueno (derecha). A la izquierda, Leo, el hermano que no juega en forma oficial.


LO MÁS «BUENO» DEL FUTSAL

Dos hermanos, una pasión en común y un apellido estrechamente vinculado a nuestra disciplina.

El apellido Bueno tiene una estrecha vinculación al futsal a través de dos hermanos que participan del actual campeonato: Gastón (22) es una de las principales figuras de Boca, mientras que Diego (29) pertenece al plantel de Caballito y posee una dilatada trayectoria que ya lleva más de diez años de carrera. Por si esto fuera poco, hay un tercer integrante, Leonardo, que ya no actúa -se inició en Ferro, al igual que los otros dos- y como suele suceder en estos casos, sus hermanos aseguran que "es el mejor de todos". "La Voz del Futsal" reunió a los Bueno -aunque Leo sólo participó en la foto- y de sus reflexiones se extrajo lo que reproducimos a continuación.
La campaña de Diego (a quien todos conocen como Paqui) comenzó en Ferro y luego se ramificó por varios destinos: 17 de Agosto, All Boys, Lamadrid y ahora Caballito. Sin embargo, aquí sólo pudo jugar algunos minutos: "El grupo me recibió bárbaro, pero me atacó una pubalgia y no sé cuando podré jugar de nuevo", afirma Paqui. "Los pocos días que estuve con ellos la pasé excelente, así que ojalá pueda volver este año. Recién estoy empezando a moverme un poco".
El pase de Paqui sigue perteneciendo a Lamadrid, aunque en Devoto tampoco logró tener la regularidad deseada: "Nunca me dieron la chance de mostrarme. El técnico (Fabio Pérez) no pensaba lo mismo que yo y decidí dar un paso al costado. Yo esperaba otra cosa, hice la pretemporada y estaba muy entusiasmado, pero el técnico es el que decide".
Cada vez que puede, Paqui regresa a Ferro, aunque más no sea para hacer fuerza por su primer equipo desde el otro lado de la línea: "Ahí dejé muchos amigos y nunca dejé de ir a la cancha, aunque es feo verlo desde afuera: la sensación de querer entrar a jugar es inevitable".
Más allá del futsal, Diego le dedica su tiempo a un bar del que es propietario, ubicado en Palermo Hollywood. "La cosa funciona y estoy contento, si bien yo hubiera querido poder vivir alguna vez del futsal. En una oportunidad estuve cerca de viajar a Italia, pero no se dio por un tema de papeles. Ahora que Gastón está comenzando su carrera, ojalá sí pueda triunfar en esto, que es tan lindo".
Paqui se despide esgrimiendo una contundente opinión acerca de su hermano menor: "Tiene altibajos, lo perjudicaron mucho las lesiones. Pero lo veo muy bien y si se dedica plenamente a esto, creo que es imparable".
Por su parte, Gastón, que escuchó atentamente sin intervenir, se prepara para arrancar: "Estoy feliz por este presente en Boca -es lo primero que manifiesta-. Es un club más grande que Ferro, en el sentido de que te dan todas las comodidades: ropa, lugar para entrenar... Está muy bueno". No obstante, al igual que Paqui, las veces que Gastón va a alentar a sus ex compañeros no son pocas: "Siempre quiero que los chicos ganen", dice, pero cuando se le recuerda que justamente su actual equipo los enfrentó la semana pasada (él no jugó pues está a préstamo) revela con una sonrisa: "Ahí no hinché por ninguno de los dos".
En relación a la actuación xeneixe en este 2008, opina: "No tenemos continuidad, por eso da la sensación de que la campaña no es la mejor. Hubo muchos partidos que se suspendieron, y si jugábamos siempre teníamos algún lesionado... Todo eso hizo que a pesar de los nombres, no podamos rendir de acuerdo a eso". Por ahora, el futuro de Gastón, es un gran interrogante: "Por un lado me gustaría volver al club donde están mis amigos, pero la chance de progresar en la actividad tampoco la puedo desperdiciar. Así que todavía no sé que haré el año que viene".
A diferencia del mayor, el menor de los Bueno sí puede darse un pequeño lujo: "Por suerte vivo del futsal. Me ayuda que tengo una propiedad a mi nombre, así que otra cosa no hago", puntualiza, para enseguida referirse futbolísticamente a Paqui: "No me agrada verlo afuera de una cancha, pero sé que va a volver. Es más, me gustaría jugar con él algún día".
A pesar de los siete años de diferencia, hubo una vez que los hermanos compartieron el mismo equipo: "Fue un solo partido, hace mucho, en la tercera de Ferro". También, en una ocasión se enfrentaron: "Yo seguía en Ferro y él ya estaba en Lamadrid. ¿Qué pasó? Empatamos, pero le pinté la cara un toque".
Una carcajada general -de la que participan los tres hermanos- corona la ocurrencia. Es el mejor momento, entonces, para cerrar una nota repleta de buena onda. La onda de los Bueno.

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