Faltaban 47 segundos para que concluyera el partido, que estaba igualado en 4. En ese instante un fortísimo disparo de Rossi implicó que Agosto pasara a ganar 5-4 luego de estar perdiendo 4-2. El goleador exteriorizó su festejo muy cerca de la tribuna donde se hallaba el público de River y un hincha lo agredió con un puntapié. Afortunadamente, el escándalo no se propagó, aunque a partir de allí se sucedieron deliberaciones por espacio de veinte minutos. ¿Correspondía suspender el partido? ¿Había que continuar? Sobre esos interrogantes se basó la polémica, que tuvo como protagonistas a ambos planteles y a la dupla arbitral encabezada por Fabio Pate. Este estuvo muy tentado de dar por terminado el encuentro debido a la agresión sufrida por Rossi.
No obstante, la predisposición de la gente de Agosto fue un elemento que se tuvo en cuenta para que el partido siguiera. De no haber sucedido así, la continuidad de los playoffs hubiera corrido serio riesgo pues ante una suspensión, el caso iba a quedar en manos del Tribunal de Disciplina y las semifinales, seguramente no se hubieran podido jugar.
En definitiva, el encuentro se reanudó. ¿Qué pasó después? A seis segundos de la chicharra, Persec desperdició una inmejorable posibilidad de igualar y que su equipo pasara de ronda. En cuanto a incidentes, por suerte no los hubo y aquella repudiable agresión, no actuó como detonante para un escándalo mayor.
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