julio 25, 2012

«A MÍ ME SALVÓ DIOS»

Gabriel Medina, una de las máximas figuras de Segunda División, es dueño de un pasado que nada tiene que ver con este gran presente. Luego del empate de Country ante Temperley y previamente al partido con Platense, dialogó con La Voz del Futsal.


Gabriel Medina, con 38 conquistas, es el máximo goleador de la Segunda División. El jugador de Country volvió a ejercer su gran poder resolutivo en la fecha pasada, ya que señaló los tres goles de su equipo ante Temperley. «Para mí perdimos dos puntos, porque teníamos todo para ganar este partido. Nosotros manejamos la pelota y ellos se tiraron atrás. Pero el futsal es así. Erramos muchos goles y las que tuvieron ellos, las mandaron a guardar».
En relación a sus tres goles, manifestó: «No sirvieron para ganar, por eso me voy con un sabor amargo. Sumamos un punto, pero igual siento que los goles no sirvieron para nada».
En cada uno de sus gritos, Medina ensayó un festejo bastante común: levantándose la casaca para que todos observen una remera con una inscripción particular. Lo diferentes es que en este caso, lo que Medina quiso que no pasara inadvertida, es su fe cristiana. «¿Sabés que tengo un secreto?», contesta cuando se lo consulta por el gran momento que está atravesando. «Mi secreto es Dios. Tengo a Dios conmigo en mi vida. Gracias a El estoy teniendo un buen torneo», confiesa con humildad, pero haciendo notar su condición de creyente. Si se hace hincapié en que su excelente rendimento se remonta a varias temporadas atrás, no pretende encontrale una explicación racional. «No sé, yo siento que es un don que tengo», desliza. «Ojalá siga así con esta racha», agrega.
Medina, de 23 años, comenzó en el futsal en 2008. «Llegué al Country y jugué en tercera. Después tuve una lesión. Y en éstos últimos dos o tres años pude afianzarme en primera. Eso coincidió con el nacimiento de mi relación con Dios. En 2010 una amiga me llevó a la iglesia y eso cambió mi vida».
Detrás de un presente que le sonríe, existe un pasado turbulento en la vida de nuestro entrevistado: «Yo tuve muchos problemas -confiesa- pero es una larga historia».
Las dificultades mencionadas por Gabriel, pasan por una problemática, lamentablemente, cada vez más preocupante en esta sociedad: «Hubo una época que estaba muy mal por las drogas. Estaba perdido. Había dejado de lado a mi familia, a un montón de cosas. Pero a mí Dios me salvó. Un día una amiga me llevó a la Iglesias Señales, de Banfield, y nunca más dejé de ir...»
Medina fue integrante de diversos grupos de cumbia. «Toqué la guitarra en Junior, Yerba Brava, Grupo Play, 18 Kilates... Pero bueno... lo mío se ve que es el fútbol. De a poco fui dejando la música, también por la dedicación que exige el futsal. Las dos cosas no podía, entonces elegí el deporte». En su recuperación, Medina no deja de lado al Country a la hora de los agradecimientos: «La ayuda de Dios y de mi familia fue importante, pero también lo fue este club. Los resultados se ven en la cancha», remata. Si de objetivos personales se trata, Gabriel es terminante: «Lo primero sería ascender a Primera y después me gustaría ir a algún equipo grande. ¿Un pase al exterior? Y... si es de Dios.... ojalá pueda jugar en España, la mejor liga del mundo».
Más allá del futsal, el goleador tiene una vida: «Dirijo las inferiores del Country, me apasiona enseñarles a los chcios. Y vivo con mis padres. Por ahora, sólo eso... Y Dios, siempre Dios...».

No hay comentarios: