diciembre 14, 2009

ARSENAL DIO UN PASO FUNDAMENTAL


Arsenal derrotó a Alvear 8 a 2 y gracias ese resultado, ve con un enorme optimismo su pasaje a la Primera División. El equipo del Viaducto fue superior, ganó con justicia y su gente festejó alborozadamente, junto a los jugadores y el cuerpo técnico, el hecho de haber sacado una diferencia muy importante de cara a la revancha, que se jugará el jueves en Nueva Estrella.
Los dirigidos por Guillermo Freire comenzaron a torcerle el brazo a su rival, cerca de la mitad del primer tiempo. Hasta allí, acciones parejas, cautela y escasas situaciones de gol, caracterizaron el trámite.
Pero a los 10' llegó el gol de Clapcich y todo cambió. Arsenal ganó en confianza, en tanto Alvear entraba en una confusión de la que ya no podría salir por el resto del partido. Los goles fueron sucediéndose, a medida que el local explotaba errores defensivos adversarios y aciertos propios. En un lapso de escasos minutos, nuevamente Clapcich marcó el 2-0, Coca el 3-0 y Beli el 4-0, ante el delirio de su público. Enseguida, los dos llegaron a la sexta falta. Arsenal contó con una ejecución y no supo concretarla. Alvear tuvo dos, ambas en los pies de Di Maio: el artillero marró una y convirtió la otra, merced a la cual descontó y se fue al vestuario 4-1 abajo.
A los 15 segundos del complemento Coca madrugó a una defensa que todavía estaba en el vestuario, estableciendo el 5-1. El conjunto de Guillermo Campos -consciente de que se le escapaba la posibilidad de seguir en Primera- intentó sobreponerse, pero como Arsenal cerró correctamente los caminos hacia Lucas Gómez, tuvo que hacerlo mayoritariamente con tiros de larga distancia, que fueron bien conjurados por el arquero del Viaducto. En cambio, cuando Arsenal avanzaba, siempre lastimaba a Fernando González. Así, a los 6', llegó el 6-1 de Beli. Recién a los 13' Busti consiguió descontar otra vez. Pero de inmediato, una nueva contra coronada por Beli significó el 7-2 que puso en el freezer la tibia reacción de los del Parque Avellaneda, un equipo que se deshacía en los esfuerzos individuales de Di Maio, Busti y Olivelli, pero que a esa altura sólo chocaba contra su propia desesperación e impotencia.
A un minuto de la chicharra, el último gol del partido, señalado por Ruiz, le dio paso a la euforia total en la que todo Arsenal se vio envuelto en la culminación de la noche. A pocos metros de allí, el plantel de Alvear se retiraban cabizbajo y repleto de preocupaciones. Dentro de cuatro días volverán a encontrarse. Y entonces, se sabrá quién de los dos juega en Primera en 2010.

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