Por primera vez en su historia, la Argentina se quedó con el sudamericano Sub 20. Obtuvo la medalla tras vencer nada menos que a Brasil por 2 a 1, en una final signada por demoras e interrupciones a raiz de la humedad que había en el piso del estadio. Es que la lluvia que azotó a la ciudad uruguaya de Canelones, amenazó con impedir el desarrollo del esperado partido, tanto que hasta se habló de la posibilidad de jugarla recién el año que viene. El encuentro estuvo a punto de suspenderse pero finalmente, con dos horas de atraso, dio comienzo. Y en el transcurso del mismo, también estuvo parado debido a que el agua se filtraba por el techo del gimnasio, haciendo muy difícil el normal desarrollo del cotejo.
De todos modos, el juego se completó y -ya en la madrugada de este lunes- la Selección logró alzarse con una victoria celebrada con extraordinario júbilo. Varios factores lo ameritaron: la "interminable" espera, la vuelta olímpica por primera vez en esta categoría a nivel sudamericano y, por supuesto, que haya sido Brasil el contendiente, que llegaba luego de haber apabullado 11-3 a Uruguay en las semis. Un elemento que le dio quizás más valor todavía a la conquista, es que se consiguió sin la presencia de dos jugadores muy importantes como Vargas y Mejuto, lesionados en los compromisos previos.
El partido tuvo a la Argentina adelante en el marcador desde que promediaba la etapa inicial. Arrieta fue el encargado de hacerlo, pillo para recuperar un balón y eficaz para derrotar al guardavalla brasileño.
Minutos más tarde, sobrevino otra incómoda interrupción y en la reanudación, Brasil llegó al empate (Pedala) con el que terminó el primer período.
En el complemento Mahafúd (arquero de Parque) fue erigiéndose en figura, ante la insistencia adversaria. Pero los de Giustozzi no resignaron sus posibilidades ofensivas e incluso fueron quienes lograron acceder al desnivel. Sucedió a los 10' del ST, merced a un penal (por mano) convertido por Spellanzón. El jugador de Pinocho fue, justamente, el reemplazante de Dylan Vargas en la capitanía del equipo.
A pesar de la victoria parcial la Selección no la pasó bien, como se preveía, en los minutos finales. La expulsión de Bontempo dificultó la tarea, pero allí volvió a aparecer la soberbia actuación de Mahafúd para que el arco no sea vulnerado, ni en los dos minutos con desventaja numérica ni posterirmente, cuando Brasil se jugó sus últimas cartas apelando a Dos Santos en el rol de arquero jugador.
Hasta que la pitada final provocó que un mar de abrazos, besos, gritos, lágrimas y felicitaciones, le dieran el marco adecuado a la consagración. Fue la frutilla del postre para un año inolvidable. Sin dudas, el mejor para el Futsal de AFA en sus 30 años de historia.
Fotos: agradecimiento AFA. org.ar.
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