junio 19, 2012

«Me sobran condiciones, pero me perjudica estar excedido de peso»


Mariano Palmisciano, un símbolo de Estrella de Maldonado

La campaña de Estrella de Maldonado es irregular. El equipo de Daniel Paglione alternó triunfos y derrotas en proporciones similares en este torneo, si bien los sinsabores fueron más que las alegrías. El Pocho Palmisciano, uno de los referentes del club de Palermo, opina: «El grupo está bien, unido. Simplemente hay que laburar y laburar. Sólo con eso se llega a los objetivos. Este año el objetivo, era estar lo más arriba posible para entrar a los playoffs y creo que todavía tenemos chances».
Palmisciano (25) integra una camada de jugadores forjados en la institución. Por eso, no elude la autocrítica, aún cuando ésta tiene que ver con deficiencias que padece el propio plantel: «Lo que no falta es estado físico. Hay que laburar más en eso. Lo que destaco, es que pudimos superar algunos problemas de actitud. Ahora eso es lo que sobra».
En el comienzo de cada campeonato, las ilusiones en Estrella siempre se renuevan. No obstante, hace unos cuantos años que el equipo no consigue entremezclarse en la lucha por los primeros lugares. Según Palmisciano, «es difícil encontrarle una explicación a eso. A lo mejor pasa que en el club hay gente que pone trabas, que no quiere la actividad. A pesar de eso, nosotros la seguimos peleando, porque amamos a Estrella y este deporte. Jamás cobramos un premio ni un viático. Sólo jugamos por amor a la camiseta. Yo estoy acá desde los 5 años, al igual  que la mayoría de mis compañeros. Una vez, hace mucho, tuve la posibilidad de ir a Lamadrid, pero elegí quedarme».
A propósito del estado físico que señalaba, el Pocho hace extensivo ese tema a la parte individual: «De a poco, voy mejorando. En tres o cuatro meses voy a estar bien. Pero es duro. Tengo un metabolismo complicado».
Palmisciano realiza un ponderable esfuerzo para cumplir con el fustal, que considera como una gran pasión. El admite que desde que comenzó a jugar, la balanza ha sido un rival a vencer. Pero a pesar de esa cuestión, no baja los brazos: «Condiciones me sobran, pero es obvio que me perjudica estar gordo. Durante los partidos, a veces me ahogo y pido el cambio. En esto, al ser tan dinámico, lo físico es el noventa por ciento». Pocho vuelve a mencionar el tema metabólico: «Si me me va la mano en la comida, se nota enseguida. Mientras hay gente que cuidándose menos que yo, no sube de peso».
Su récord en kilaje, alcanza los 110. «Hace unos años. Estaba muy gordo y me sentía tan mal que no quería jugar. Comía demasiado. Yo me doy cuenta que si me pongo las pilas durante dos meses, soy otra persona y le sirvo al equipo. Por eso quiero seguir este camino para ayudarme a mí mismo y al equipo». Su peso actual es de 98 kilos. «Pero quiero llegar a los 88 -indica-. Hubo una época en los tuve y me sentía óptimo. Fue cuando jugaba en cuarta y tercera y salimos campeones».
Más allá de aquella etapa como juvenil, el entrevistado también atravesó un buen momento en primera división: «En 2008 -puntualiza-, cuando nos dirigía Chupete (Carfagna) y el profe era Juan Sosa, un monstruo. Durante muchas fechas fui el máximo goleador del torneo». La mayor parte de aquellos goles, llegaron a través de la que define como su mejor virtud: la pegada. «Hice un montón de penal y tiro libre. Mi record en un partido fue de cinco contra Villa Modelo».
Seguramente añorando esos tiempos, cierra la nota mediante un ferviente deseo: «Ojalá para el año que viene consigamos algún sponsor y podamos pelear más arriba».

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