junio 05, 2012

«SÓLO CON MUCHA CONTENCIÓN SE PUEDE SUPERAR ALGO ASÍ»


Después de cinco años sin jugar y varias lesiones graves, el ex Pinocho Adrián Riente, ahora en Atlanta, pisó otra vez una cancha la semana pasada frente a Parque.

Muchos años hacía que Adrián Riente no jugaba oficialmente. Una década atrás, era una de las grandes promesas juveniles de un Pinocho que se preparaba para ganar todo. Sin embargo, en 2005 comenzó con una serie de complicadas lesiones, que lo obligaron a abandonar el futsal poco tiempo después. El sábado, reapareció con una nueva camiseta: la de Atlanta. Habiendo jugado en tercera contra Parque algunos minutos, su técnico Diego Aumente, comentó: «Todavía está falto de ritmo pero hizo algunas cosas interesantes, como las asistencias en dos de los goles. Se nota que sabe». A continuación, conversamos con él
«Por suerte, se ganó. Es el primer partido que gana nuestra tercera. En lo personal, me sentí bien. Estoy en la última etapa de mi recuperación. Son casi cinco años de inactividad para mí. Por eso, quiero agradecer este lugar que me dieron en Atlanta. Si Leo (Magarelli) no me hubiera conocido, me mandaba de vuelta porque no podía tocar una pelota, pero me dejaron entrenar y me brindaron todas las comodidades. Ahora vamos a ver si puedo jugar en primera».
«Las ganas de regresar a la actividad siempre estaban. Lo que pasa es que después de la tercera operación se hacía cada vez más difícil. Hasta que hablé con un amigo, Sergio Di Fiore. El juega en Atlanta y me invitó a probarme. Fue quien me dio ese empujoncito que me faltaba para volver a intentarlo».
«Lo primero que me pasó es haberme roto los ligamentos cruzados de la rodilla derecha, en 2005. Me operé y seguí jugando. Luego, meniscos de la misma rodilla. También me operé y volví. A fines de 2007 me rompí los cruzados de la otra rodilla. Ahí dejé y me operé recién tres años después. En ese lapso seguí con mi vida normalmente, pero sin hacer deportes. Hasta hoy».
«Pasó mucho tiempo, pero íntimamente, siempre tuve la ilusión de volver. Todos me insistían para que me pusiera las pilas, ya que todavía soy joven, pero yo no terminaba de convencerme porque este deporte es cada vez más competitivo. Si a los jugadores de mi edad que nunca dejaron de entrenar ya les cuesta, imaginate lo que se me complica a mí, que estuve tanto tiempo parado y lesionado. Pero garra, le estamos poniendo».
«Obviamente, mi primera casa es Pinocho y las ganas de continuar en ese club, que es el mejor de la historia del futsal, siempre estaban. Pero la realidad es que para superar lo mío, lo que necesitaba era continuidad. Y en Pinocho, soy consciente de que no iba a tenerla, dado que ya no estoy en ese primerísimo nivel»
«Hace unos años también traté de volver en El Talar, en la época de Nicolás Blas. La idea era jugar tratando de fortalecer la rodilla, sin operarme. Pero no funcionó. Sólo pude ir un par de entrenamientos. El dolor apareció nuevamente y tuve que dejar».
«En cada lesión, siempre me lestimé solo. Nunca en un choque con un rival. No voy a negar que, anímicamente, pasé momentos duros. Sufrí lesiones complicadas, con rehabilitaciones muy largas. Sólo si tenés la contención de tu familia, tus amigos, tu novia, podés llegar a superar algo así. Y en  mi caso, afortunadamente, la tuve».
«Desde mi posición de hincha, viví muy intensamente las grandes campañas de Pinocho. Por supuesto, me hubiera gustado hacerlo desde adentro de la cancha, pero igual disfruté cada vuelta olímpica. Las últimas derrotas no fueron gratas, pero no es para dramatizar. Todos los que no eran de este club, querían que no cayéramos. Y recién eso sucedió después de 12 campeonatos y tres nacionales. Lo que consiguió Pinocho, no lo consiguió nadie».

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