Los chicos del hogar Santa Cecilia, que jugaron un partido contra un combinado de las inferiores de 17 de Agosto.
Gustavo López entrevista al arquero Migliore. Más atrás, sonríe Alejo D'Acri.
En primer plano, aplaude Diego Santilli.
Los jugadores del plantel actual de 17 de Agosto también participaron del evento. 
Carna y el micrófono. A su lado, Gustavo López, quien condujo la fiesta.
Claudio Frino y Adrián Costantino. El periodista y el dirigente (más tarde) se dieron el gusto de ponerse la pilcha de jugador. (Gentileza Futsal Argentino).
Fox Sports cubrió la fiesta. Aquí son reporteados Yacob y Fabián Ayala.Una noche de fiesta vivió la gente de 17 de Agosto. El martes, el club reinauguró su gimnasio (al que le hicieron importantes mejoras en el piso) con una jornada repleta de caras famosas. La fiesta tuvo un fin benéfico: ayudar a la cooperadora del hogar para niños ciegos «Santa Cecilia». En función de ello, se pusieron a la venta entradas para presenciar el espectáculo, que se agotaron en pocos días. Por el estadio de la avenida Albarellos desfilaron jugadores de fútbol (Santillo, Rusculleda, Migliore, Roberto Ayala, Alexis Ferrero, Rosada, Paparatto, Yacob), funcionarios del gobierno porteño (los ministros Diego Santilli, Guillermo Montenegro y Esteban Bullrich, entre otros), artistas (el Zorrito Quintiero, Carna, Piñón Fijo -sin maquillaje-) y periodistas (Walter Queijeiro, Gustavo López -quien además condujo el evento-, Claudio Frino, Tato Aguilera, Omar Porcel). Ricardo Caruso Lombardi dirigió uno de los equipos y arbitraron Federico Beligoy, Pablo Lunatti y «nuestros» Mauricio Flores, Leandro Lorenzo y Néstor Villarreal.
Se disputaron varios partidos. Todos, en un más que obvio carácter amistoso. Uno de ellos, tuvo como protagonista al actual plantel de 17 de Agosto, que hará su debut frente a América, por el Apertura.
El primer encuentro fue el más emotivo: el equipo de chicos del Santa Cecilia, enfrentó a un combinado de las inferiores de 17 de Agosto, cuyos integrantes, para no tener ventajas, jugaron con vendas sobre los ojos. Hubo aplausos desde todos los rincones del estadio y, por supuesto, el resultado fue lo de menos (como en todos los partidos que se jugaron más tarde). Lo más importante fue el fin benéfico del espectáculo, la buena onda reinante en Villa Pueyrredón y el lema que convocó a la multitud presente en el remodelado gimnasio: «Vemos más allá de nuestros ojos,vemos con el corazón».
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